Aunque alguien nunca hubiera oído hablar de telemedicina, a día de hoy, a nadie le resulta extraño - dado el desarrollo de las nuevas tecnologías - que determinados servicios asistenciales puedan ser prestados de forma remota, utilizando para ello medios tecnológicos. Conviene y, aunque sea desde el punto de vista teórico, partir del concepto de telemedicina establecido por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), definiéndola así:
"La prestación de servicio de salud (en los que la distancia es un factor determinante) por parte de profesionales sanitarios a través de la utilización de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el intercambio de información válida para el diagnóstico, el tratamiento, la prevención de enfermedades, la investigación y la evaluación y para la formación continuada de profesionales sanitarios, todo ello con el objetivo final de mejorar la salud de la población y de las comunidades."
La implantación de las diversas técnicas de telemedicina aplicadas tanto a nivel asistencial, de investigación, de gestión, como a nivel de formación de los profesionales sanitarios es, posiblemente, una asignatura pendiente de nuestro sistema Público de Salud. La desafortunada situación de pandemia, es, sin lugar a dudas, un escenario propicio para reflexionar sobre esta materia y para acelerar, si cabe, el proceso implantación de la misma. Cabe dejar claro, que la telemedicina jamás puede suplir el trato personal, para lo cual cabe muy bien analizar qué aspectos son los que debe abodar y cuales deben quedar fuera de su ámbito.
Centrando la cuestión (en este post) en el aspecto relacionado con la gestión sanitaria (y no con la prestaciones asistenciales de la que nos ocuparemos en posteriores post) cabe decir que con anterioridad a la pandemia, y en el caso de la Comunidad Valenciana, la relación telemática real del ciudadano con la Administración Sanitaria, a nivel de gestión, se ha limitado a la posibilidad de concertar citas "de atención primaria" a través de la página web de la Consellería, a poder recibir en su "dispositivo telefónico" citas de consultas externas (que remite la aplicación informática MIZAR o similares) y a ser beneficiario de la "receta electrónica" no exenta en muchas ocasiones de problemas. La respuesta tecnológica de nuestro sistema de salud a nuestro juicio es algo pobre, dado el estado actual de la tecnología. No se explica como la relación del ciudadano con otras administraciones como la Agencia Tributaria, la Administración Tributaria Municipal o Provincial, o con los órganos gestores de la Seguridad Social, (Tesorería o INSS), por poner algunos ejemplos, se pueda realizar a día de hoy telemáticamente y, sin embargo, la administración sanitaria requiera la presencialidad a nivel de gestión todavía en muchos trámites. Llevado al terreno de lo concreto, y por ilustrar a lector con un ejemplo básico, puede contrastarse como el ciudadano puede descargar su información fiscal al instante en la página web de la Agencia Tributaria o ser dado de alta médica tras una incapacidad temporal por el INSS mediante un mensaje al teléfono móvil con todos los efectos legales, y por el contrario, tiene que pasar un calvario para poder obtener copia de una prueba diagnóstica (una radiografía), saber el tiempo estimado que le resta para una intervención quirúrgica, o simplemente cambiar de centro de salud por traslado de domicilio.
Pasados más de quince años desde el denominado Plan Avanza, cuyo objetivo era la implementación de la tarjeta sanitaria electrónica, la receta electrónica, las citas telemáticas y la histórica clínica electrónica, conviene parar y evaluar el resultado del mismo, y ser algo más ambiciosos en los objetivos.
Es hora de modernizar nuestro sistema de gestión en muchos más aspectos, y es momento propicio (la pandemia) para analizar con criterio la necesidades de los ciudadanos y el cómo se esta invirtiendo los recursos públicos, en un escenario de gasto sanitario con crecimiento constante desde la cesión de la gestión sanitaria a las Comunidades Autónomas, cuestión, ésta última, que merecerá un análisis pormenorizado que tendremos ocasión de hacer en posteriores entradas. Se echa de menos que herramientas de gestión, como el Plan de Salud de la Comunidad Valenciana (2016-2020), apenas se haga referencia a estas cuestiones que, a nuestro juicio son estratégicamente muy relevantes.
Y la cuestión principal, sin duda, es llevar esta reflexión al ámbito estrictamente asistencial, de hecho algunas compañías privadas ya ofrecen servicios de telemedicina en ámbito como la radiología, dermatología, cardiología o oftalmología, y por supuesto en atención primaria. De hecho, me ha sorprendido observar como una de las plataformas más importantes de comunicación de nuestro país, ofrece a sus nuevos clientes, un servicio de telemedicina a sus nuevos suscriptores. Y ciertamente, la tarea de modernizar no es fácil, pero ello no debe impedir que la Administración Pública enfoque partes de sus esfuerzos implantar esta tecnología, no debiendo dejar el monopolio de la misma al sector privado. Nos hacemos eco de algunos estudios que nos parecen de gran interés, el primero de ellos relativo a la aplicaciones con mayor potencial en relación a la telemedicina (fuente: gestionsanitaria.com)
Aplicaciones médicas que se consideran con mayor potencial de crecimiento en España
Aplicaciones médicas | % |
Asistencia a centros penitenciarios | 64 |
Segunda opinión | 72 |
Comunicación entre profesionales | 76 |
Formación continuada | 76 |
Asistencia domiciliaria | 77 |
Urgencias y emergencias sanitarias | 79 |
Comunicación primaria-especializada | 85 |
Acceso zonas remotas y aisladas | 88
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La pediatría - entre otras - se muestra sin duda, una de las especialidades que más pudieran verse beneficiadas por la telemedicina, y así lo demuestran los estudios citados, en este sentido, de gran interés la siguiente tabla (fuente: gestionsanitaria.com):
Especialidades médicas de mayor utilización previsible de sistemas de telemedicina en España
Especialidades médicas | % |
Pediatría | 64 |
Oftalmología | 64 |
Oncología | 69 |
Histología. Anatomía Patológica | 75 |
Cardiología | 76 |
Laboratorios | 81 |
Dermatología | 82 |
Radiología. Imágenes diagnósticas | 93
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Hace unos meses el Gobierno Valenciano anunciaba la dotación de medios para la telemedicina (circunstancia que a día de hoy no podemos corroborar que si se ha hecho efectiva), que si bien nunca sustituirá al trato humano, si que podría aportar muchos avances asistenciales. Una simple dotación de medios, sin una planificación de qué servicios se van a ofrecer, quizá no sea la mejor forma de implantar una medida con apoyo a los profesionales y la debida información a los usuarios del sistema. Así manifestaban los profesionales que tomaron parte en la Jornada organizada por la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana y que tuvo lugar el pasado octubre en la Universidad Cardenal Herrera Ceu de Valencia, que es necesaria una correcta planificación. Destacable resulta también, los esfuerzos que algunos sectores de profesionales han dedicado a la materia, como es el caso de las jornadas sobre telemedicina ofrecidas, el pasado noviembre, por el Hospital La Fe de Valencia y dirigidas por las doctoras Pilar Nos y Mariam Aguas.
En conclusión, la situación merece un reflexión de urgencia para las autoridades sanitarias, con la necesaria colaboración de los profesionales sanitarios, siendo quizá, el propio Plan de Salud el lugar idóneo para fijar las estrategias, así como para la debida información a los usuarios del Sistema Nacional de Salud, y, por supuesto, la disposición de los medios materiales necesarios para ello de forma programada.